Todo tipo de futbol

Guayaquil, Marzo del 2026

Querido Dieguito:

Ayer escuché con mucha atención y “sapada” el diálogo que mantenías con tus amigos de colegio, me da gusto saber que tienes una gran afición al deporte y en especial a la Liga de Quito. Pensé que sabías que el Deportivo Guayaquil es un equipo nuevo, que no tiene más de 10 años en primera categoría, y me causó risa que creas que el Deportivo Azogues es uno de los equipos más antiguos del país. Pero lo que me causó más impacto es tu desconocimiento de la historia y leyenda que fue en algún momento Barcelona.

Ellos no han estado toda la vida en la segunda categoría, por si acaso te digo, descendieron luego de malos manejos y ambición contaminada de quienes estuvieron manejando al club, fue en el año 2007 que perdieron la categoría, y desde entonces no han podido recuperar el terreno perdido, ya van para 19 años tratando de retornar a la serie A del fútbol ecuatoriano. Esto me recuerda a la Universidad Católica, que apenas pudo volver a la serie A en el año 2007, después de haber tratado de hacerlo por cerca de 15 años.

Por algo Barcelona tiene 13 títulos nacionales, y ya sé que me vas a decir que no viva del pasado, que el último título que ganó fue en 1997, pero considero necesario que sepas que antes los equipos que llegaban a jugar contra Barcelona (primero al Modelo y luego al olvidado Monumental) llegaban con serios problemas estomacales y de tembladera, tenían miedo, jugar contra Barcelona era cosa seria, casi todos regresaban derrotados y con la experiencia de haber chocado con un equipo grande, de trayectoria y difícil de vencer en casa.

Con el tiempo esta característica empezó a decaer, allá por los últimos años de la década del 90 y primeros años del nuevo siglo, los equipos rivales iniciaron una falta de respeto constante al que en ese entonces era todavía el equipo más popular del país, venían a Guayaquil y le ganaban fácilmente, se llevaban los puntos con toda la tranquilidad del caso, ahora era Barcelona el que temblaba al ver que ya no tenía jerarquía y que cualquiera venía y le pintaba la cara... Pero, ¿Qué pasó?

La idea de lo que representaba jugar o dirigir a Barcelona, cambió radicalmente y fue atacada por los duendes de la ambición, codicia, fama y popularidad barata. Por esos años se pusieron de moda la farándula deportiva, los programas de chismes y los noticiarios de vida personal ajena. Muchos jugadores de Barcelona cayeron encantados con la posibilidad de estar asociados con modelos y actrices, de salir en primeras planas y que los cataloguen como los amantes del momento, se perdió completamente la proporción y la esencia del fútbol, más importaba el escándalo sexual con una chica guapa, que rendir en la cancha y hacer dos goles en un partido. Los directivos que llegaban al club veían esto como una posibilidad de oro e iniciaban su sendero hacia escaños políticos usando a Barcelona. Sus discursos eran esbirros y llenos del típico y vergonzoso contenido político-basura. Todo esto no hizo más que llevar a Barcelona a un abismo y la caída fue muy fuerte.

Me lamento de verdad que no hayas podido ver ese estadio (Que hoy luce como estadio fantasma) lleno de hinchas que gritaban y cantaban con la euforia que originaba el Barcelona de ese entonces. Que lastima que la poca visión y enfermiza ambición de poder, haya acabado con un ícono del deporte ecuatoriano, hubo momentos en que llegar a la presidencia de Barcelona se convirtió en una carnicería humana, eran campañas más sucias que las que vemos por la presidencia del país, pero sus deseos no eran los de servir al club, era para beneficios personales y el equipo... el equipo... a la mier.....el equipo.

Como todo en la vida; si no lo manejas bien, si no le das el riego debido, el amor y dedicación del caso, la constancia y tiempo necesario, el respeto obligado, la sabiduría aplicada en beneficio de la causa... si no cumples con eso, las causas fallan y se van por la ruta que te lleva a la comunidad del fracaso... por eso nieto mío, hoy tu no sabes lo que fue aquel Barcelona, el equipo que murió por la adicción de gloria mal merecida que contagió a tantos que lo gobernaron y lo hundieron.